Vine a Finlandia por muchos motivos, entre
ellos por su famosa educación, por todos esos paisajes tanto verdes como
blancos y por su cultura innata del esfuerzo o la alta cooperatividad de cada
uno de los ciudadanos con absolutamente cualquier cosa, a pesar de ello tienen
fama de tímidos. Sin embargo nunca imaginé que disfrutaría tanto con
algo que hasta los propios finlandeses consideran casi como un derecho. Todas
las casas tienen una y van tanto los hombres como las mujeres; los jóvenes como
los mayores; tanto familiares como amigos. Uno de los grandes recuerdos que me
voy a llevar de este maravilloso país. Estoy hablando, lógicamente, de la sauna
finlandesa.
Las hay de todos los tipos y tamaños pero
generalmente todas llevan un recubrimiento de madera sobre paredes de ladrillo
rojo y una bancada donde te sientas mirando de frente a lo que sería el lugar
donde se echa el agua, lo que los finlandeses llaman kiuas, como a un dios a adorar. El vapor,
höyry, producido al soltar agua sobre el kiuas varía dependiendo del tipo de
sauna siendo las de madera las que parece que producen más vapor y las saunas
eléctricas las que producen menos, aunque estas últimas son lugares más secos.
Ellos te dirán que las de madera son las mejores, pero son francamente
difíciles de encontrar. En cualquier caso sí no estás acostumbrado sentirás que
alguien te está cocinando al vapor.
Es un lugar muy caluroso donde fácilmente se
alcanzan temperaturas cercanas a los 100 ºC por lo que hay que acudir con la
cantidad mínima de ropa y como no podría ser de otra forma se disfruta mejor en
cueros puesto que, además, es como lo hacen los finlandeses. Sin embargo ver
los atléticos cuerpos de los finlandeses puede resultar sonrojante para
cualquiera, o un motivo más para ir, especialmente para otros países donde
generalmente estar desnudo frente a otra persona no es ni de cerca normal. A
pesar de ello, y si eres muy tímido, siempre puedes disfrutar de una versión
más light de la sauna yendo con ropa de baño. Es ahora cuando una conversación
abierta con cualquiera de los de dentro de la sauna despejará tus dudas sobre
sus intenciones y hará que empieces a relajarte.
Pero no todo es calor en una sauna, el frío y el
hielo son también muy importantes sí quieres disfrutarla del todo. Cuando en el
exterior sufren de unos -20 ºC es el momento de salir a revolcarse desnudo
sobre la nieve o ir a darse un chapuzón dentro de un agujero en el hielo recién
cortado sobre la superficie de un lago congelado que seguro habrá al lado,
volver corriendo dentro de la choza donde está la sauna y, entonces sí, sentir
ese efecto relajante del contraste de ambos extremos. ¡Más agua!, por favor.
Palabras que te convertirán en un finlandés de corazón, o en un ruso loco.
Ahora sí puedes decir que has
disfrutado de una verdadera sauna finlandesa. La Sauna Finlandesa.
Text:José Cabo Carsí
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